Aprendizaje BDSM

Miss MAGDA me enseñó el significado del D/s, es decir de la dominación y de la sumisión. 

A partir de ese día, nos hicimos amantes, pareja, ella me indicaba la hora y el lugar, y yo me presentaba en punto como soldado, lista para el combate. En un principio fueron salidas "normales", íbamos juntas a cenar, al cine o a pasear. 

 Al final del día, ella siempre me daba mi "tratamiento", es decir me acariciaba hasta el punto de ponerme al MIL por ciento y luego me ordenaba comerme su sexo, cosa que yo hacia mas que gustosa a cambio del placer que ella me proporcionaba. durante nuestros encuentros, me aleccionaba, indicándome como vestir y actuar, en publico y en privado. 

Ella comenzó a gastar grandes cantidades de dinero en mi y mi arreglo personal, primero me llevó a su salón de belleza, donde me hicieron un nuevo corte de cabello y el hermoso peinado daba forma a mi abundante cabellera, haciéndola lucir como una melena, la cual enmarcaba mi rostro, haciendo ver mis ojos realmente enormes y muy hermosos, luego me llevo a su casa, y me indico que a partir de ese día yo debería hacer ejercicio todos los días, completamente desnuda y frente a ella. 

 

Así comenzó para mi una nueva etapa de mi vida, siendo entrenada para dar placer a una hermosa mujer madura. Me enamore perdidamente de MAGDA, sus demostraciones de cariño y afecto eran balanceadas con sus enseñanzas y su método de premio y castigo se convirtió para mi en mi nueva forma de vivir. Aprendí nuevas palabras, nuevos placeres, nuevas formas de sentir, nuevas formas de humillación y nuevas formas de obedecer. 

Comencé a faltar a clases y a pasar mas tiempo con ella, mi 3er semestre fue un fracaso académico pero un éxito en lo que al descubrimiento físico, emocional y psicológico significaba. Bondage, sado, masoquismo, spanking, fisting, fetichismo, safe-word, limites, premios, castigos, un sin fin de nuevas palabras entraron en mi vida. 

Ella me enseñaba y yo aprendía y aceptaba todo lo que ella deseaba pues la amaba y deseaba complacerla. Ella cada vez tomaba un mayor control y yo me sometía mas y mas. El tiempo giraba y aprendí a dar placer. 

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unos meses después.... 

-Estate quieta, me dijo.. ella se encontraba cómodamente sentada en un bajo sillón de su sala, estábamos, como casi siempre, en su casa. MAGDA se quedo un rato mirándome a los ojos, yo sentía la intensidad de su mirada y me obligaba a mirar tímidamente hacia el piso, yo sabia que mi cuerpo y mi simple presencia la excitaban; en cambio, para mi era distinto, el saber que yo obedecería ciegamente a casi cualquier orden que ella me diera, era básicamente lo que mas le excitaba a ella. 

Su casa era realmente grande, y ocupada la parte alta de una colina con vista a la Ciudad, era realmente una vista esplendorosa, las cortinas del gran ventanal estaban abiertas de par en par, y si acaso alguien usara unos prismáticos, me vería de pie a unos 4mts de una hermosa mujer sentada en un bajo sillón una frente a la otra, pero ella y yo solo nos intoxicábamos con el saber, el mirar y el sentir de la presencia de la otra. 

Yo me encontraba vestida como a ella le gustaba, una mezcla de inocente niña y sensual súcubo, con uno de los sencillos vestidos de delgada tela estampada que ella mandaba hacer para mi a la medida, los cuales tenían un corte y un diseño realzaban mi figura, enmarcando mis caderas en cortas falditas a medio muslo, ajustada cintura para remarcar mis senos maduros en ese cuerpo de niña, con grandes pliegues, escotes y espaldas descubiertas logrando con ello disfrazarme de "enfant terrible"... 

También llevaba puestos zapatos bajos que MAGDA me hacia usar para poner aún más de manifiesto nuestras distintas estaturas, ya que ella esa una hermosa valquiria de 1.70 o quizá mas y con sus altísimas zapatillas de tacón de aguja, que la hacen parecer una diosa bajada del Olimpo y yo a su lado con mis escasos 1.53 aparento ser sólo una simple niña. 

-quítate los zapatos y avanza un paso hacia mi, ordeno y yo obedecí.. 

 -ahora las calcetas, lo hice y avance otro paso mas hacia ella. 

 -Gira lentamente. yo obedecí en silencio 360 grados -ahora descubre tus senos para mi... (nunca me permitía usar sostén) 

 -Gira una vez mas... 

-Eres bella, dijo y yo turbada y exitada mire hacia sus pies, ahora me encontraba a unos 2 metros frente a ella. 

-Quitare las braguitas mi niña... Yo metí mis manos bajo la falda y me baje las bragas hasta las rodillas, en ese momento ella indico: 

-déjalas ahí, me gusta verlas aun en tus piernas, ven acercate mas. Yo avance quizá otro metro y entonces ella me detuvo con un rápido e imperativo gesto de su delicada y fuerte mano. 

Entonces vi por primera vez lo que ella tenia en el sillón sobre sus piernas, era un largo látigo de doma para caballos, con un grueso y largo mango de flexible cuero color marrón y la punta de dividía en unas 5 o 6 delgadas correas de lustrosa piel. 

 -NO TE ATREVAS a hacer NINGÚN GESTO o ruido, ENTENDIDO? Me pregunto y me advirtió. 

Yo asentí en silencio, siempre mirando sus delicados pies. Con un rápido gesto, ella tomo el látigo de la empuñadura y trazando un largo arco con su brazo, tomo impulso y me azoto los senos; para mi fue sentir como 6 pequeñas bocas con dientes mordían la delicada piel de mi seno derecho, ella repitió el movimiento desde la dirección contraria y ahora senti hervir la piel del seno Izquerdo. 

 -Acercate un poco mas mi niña. ordeno, yo avance otro paso mas, en mis labios temblaba el inicio de un quejido, pero no me atreví a emitirlo. 

Ahora mas cómoda, conmigo a su alcance, comenzó a darme pequeños y repetidos latigazos en el pecho, en el abdomen y en algunas ocasiones haciendo que restallaran sus puntas contra mi espalda, cada golpe era suave, casi delicado, apenas debajo del umbral del dolor. Yo no tenia de que quejarme, es mas, me estaba excitando, mis senos brincaban a cada contacto con el fuete y poco a poco se fueron tiñendo de rosado y después de rojo conforme el tratamiento tomaba forma y la sangre acudía hacia la piel ardiente. 

Después de escasos 4 minutos de tratamiento, lo que al inicio era un fuerte y estimulante masaje, comenzó a convertirse en un suplicio, pues aunque MAGDA , no había variado la fuerza ni la frecuencia de los azotes, mi piel ganaba por cada golpe mas y más sensibilidad, haciendo cada uno de los latigazos mas doloroso que el anterior. Yo comencé a oscilar en mi lugar, mi rostro se transfiguro por el dolor, pero ella continuo hasta casi hacerme gritar del dolor, y entonces de repente sin aviso alguno, se detuvo.

 Fue tan de improviso que yo entre abrí los ojos que tenia cerrados desde el inicio de la azotina, ella se quedo con el látigo en las piernas y me dijo en voz muy queda... 

 -Abre los ojos, quiero que me mires, entendido?, no debes mirar hacia ningún otro lado, únicamente miraras mis ojos. -si, si, conteste asi pues la mire, yo ahí semi desnuda, con el pecho lleno de rojas marcas que se obscurecían a ojos vistas y yo la miraba, y ella me miraba. 

 Ella, parecía estar esperando a que sucediera algo, y entonces sucedió, toda la sangre que los repetidos azotes que me diera MISS MAGDA, mantenían la sangre fuera de mis senos, pero ahora, de pronto, sin freno alguno, mi sangre entraba a raudales al interior de mis senos y al pasearse por el interior de mi enrojecida piel levantaba ardientes trazos de agonía que recorrían toda mi piel. 

Casi desee que ella no hubiese suspendido los azotes, pues las venas de mis senos ardían como si por ellas corriese plomo derretido, y entonces comprendí que eso era lo que ella quería. 

Quería verme atravesar por aquella deliciosa agonía y mirar en mis ojos toda la gama de sentimientos y sensaciones que todo esto me provocaba. 

(yo silenciosamente me fui enamorando de ella y secretamente agradecía el trabajo que mantenía a su esposo lejos de la ciudad, con constantes viajes por todo el país y el extranjero)